Me encontraba solo por trabajo en una ciudad repleta de esculturas naturales
arboles florecidos que le daban un toque de distinción al paisaje, hasta que un día caminando por las arenas
vírgenes del lugar apareció ese ángel, no savia que decir solamente pude
apreciar su belleza frente al reflejo de mis ojos, el aroma que dejaba al pasar
era similar al de un jazmín acariciado por el rocío matinal.
Quede mirándola hasta perderle por completo, llevaba un
vestido suelto... Continuar leyendo